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Molintonia

Algo sobre el aborto

Esta chica del PSOE con apellido en género (que no sexo) masculino de Aída, ocupadora de una cartera ministerial para igualar cosas... nos va a volver locos.  Sus filigranas verbales hacen época, y quizá serán motivo de muchas risas... pero toca los temas con hierro candente. 

Voy por lo del aborto.

Hay muchas teorías y opiniones sobre la definición de "ser vivo" y "ser humano", sobre vida autónoma y sobre la gracia de Dios.  En vista de tanta polémica, un Estado que pretende ser laico, cuasi aséptico, debe regular el aborto por una sencilla razón: hubo, hay y habrá abortos, no se puede apagar la luz ante la evidencia.  El homicidio y el asesinato, figuras penales con las que se compara el aborto (en una exageración  demagógica) tienen su condena porque todo el mundo (incluso el asesino) tiene claro que quien muere en esos casos tiene vida.  Hablando de un feto, no todo el mundo tiene claro si está vivo, no todo el mundo tiene claro si pertenece a la madre, no todo el mundo tiene claro si el padre tiene derecho a opinar, no todo el mundo tiene claro si este debate pertenece al ámbito científico, espiritual o religioso.  Lo que sí está claro es que pertenece al ámbito social, y lo social debe tratarlo el Estado.

Se habla con ligereza extrema sobre el aborto, se habla con malicia, con terquedad, con vericuetos supermegahipermetafísicos... y creo que muy pocos de los parlantes ha vivido lo que es un aborto.  Yo tampoco.  Pero quiero tratar el asunto con delicadeza, con respeto a quien toma la decisión, con distancia respecto a creencias... y con cercanía respecto a sentimientos...  ¿Alguien se ha preocupado en estos días de arduo debate de pensar, sólo pensar, al menos pensar, en qué siente la mujer que se arroja a la solución de un aborto?  Espero que hayan sido muchos más de las dos o tres personas que he leído y escuchado en ese sentido. Voy a suponer desde mi intuición (no augurio) que ninguna mujer en su sano juicio aborta como entretenimiento, ni siquiera como alternativa anticonceptiva.  La realización de un aborto es un poquito más compleja y agresiva que quitar una verruga con bisturí eléctrico, por ejemplo... y en esta intervención debe estar presente un adulto responsable del menor que se somete a ella.  La señora con apellido en género (que no sexo) masculino de Aída (la ópera) ha conseguido reclutar expertos que ven conveniente que una adolescente de 16 años pueda abortar sin que lo sepan sus padres.  ¿No parece cruel?  RodrígueZP, que lo de adivino se le da muy bien, ha declarado que el 90 (y pico) por ciento de las chicas lo compartirán con sus padres, pero que hay casos que claro... que puede ser necesario que los progenitores no intervengan ("por si acaso son muy fachas, y no le permiten abortar a la chica que sí quiere, y hasta a lo mejor le pegan", y esto es mío y especulo para ponerlo no en las dos sílabas de este último tiempo verbal, sino en un supuesto pensamiento).  Digo lo de la crueldad porque a la niña se le da la posibilidad de ir sola, inmaduramente, frente a un impacto psicológico que le marcará para toda su vida... y como los padres severos siempre molestan, igual que los maestros, y los curas... y cualquier persona que quiera educar con algo de disciplina...  Es cruel para los padres (especialmente para la madre, por su condición de mujer al igual que su hija posible abortadora) porque la ley les está privando de asistir a esa intervención quirúrgica que tanto atenta contra los sentimientos, que tanto hiere el corazón, y así compartir y aliviar el trance con un ser querido.  ¿Hacemos entonces leyes crueles?

Y ahora me voy por otro vericueto, me arriesgo a extraviarme, no sé si de gozo, renuncia, éxtasis o frustración.

Soy hombre y por lo tanto no puedo sentir qué es la maternidad.  No sabré nunca qué es sentir un ser creciendo dentro de mi entraña, ventaja que nos lleva el sexo (que no género) femenino y sobre lo que me voy a plantear una petición de firmas para que la ministra me iguale a las mujeres.  Pero soy padre, así que, sin firmas, le hago directamente una petición a doña Bibiana.  ¿Me deja usted, señora Aído, intervenir en la decisión de abortar de esa chica con la que estoy saliendo y con la que me acosté?  No, por supuesto que no.  ¿Es el aborto sólo cosa de mujeres?  ¿O nos sumergimos en el tópico de que el chico se echa un polvo y se va?  Me duele como hombre su tratamiento en desigualdad.  Me enseñaron hace mucho tiempo (en el colegio, sabe usted) que hay que saber leer lo que no se dice, porque más habla la elusión o la ausencia que la presencia.  Y el depositario del espermatozoide, llamado padre generalmente, no tiene hueco en la decisión.  Es probable, que al menos ese casi 10% que RodrígueZP estima para las adolescentes abortadoras en solitario, aplicado al muchacho que ha participado en la fecundación del óvulo de la muchacha, quiera decir algo sobre lo que ha provocado... ¿o no?...  ¿o supone el legislador que a esa minoría no hay que darle derechos?  Me va interesando esto de la igualdad, con ministerio y todo.

Confío en que las generaciones que van entrando en la madurez no se nutran de tantas semillas como determinados comportamientos están venteando para crear monstruitos.

2 comentarios

Sergio -

Completamente de acuerdo con tu post. Es un tema delicado donde los valores y la educación son fundamentales. Si p.ej.mi hija dado el caso tuviese que decidir me gustaría apoyarla en todo y considero que mi opinión como padre no sería nunca "una interferencia" como dijo Zapatero.

Club de los imposibles -

Pero cómo te cundeeeeeeeee si lo has abierto hace dos días!!!!. Está muy bien, poco a poco va cogiendo forma. Abracicos (Te hemos enlazado).