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Desde el taller del escritor (sobre Los últimos catorce años)

Desde el taller del escritor (sobre Los últimos catorce años)

¿De qué va la novela?

El argumento se nutre de los recuerdos de la voz narradora, que cuenta sus vivencias de los primeros catorce años de vida, y que coinciden con los catorce últimos de la dictadura en España del general Franco.  No obstante, sus evocaciones a la vida de sus padres y abuelos le lleva hasta la Guerra Civil de 1936/39.

Los personajes pertenecen a una familia de clase baja, que llegó a Zaragoza, la capital de Aragón, entonces cercana al medio millón de habitantes, proveniente del mundo rural, y que, gracias al esfuerzo personal, lograron avanzar social y económicamente en esos últimos años del franquismo.

Con los antecedentes de sus padres y abuelos, aparecen sucedidos durante la contienda bélica, pinceladas de las relaciones sentimentales reprimidas incluso por la presión policial y relatos de una emigración temporal buscando nuevos horizontes en otros lares.

El padre fue carnicero, por lo que gran parte de la novela transcurre en torno a ese oficio y a sus características, presentando la interpretación de un muchacho que va creciendo en ese entorno con una madre disconforme con la profesión, pero conformada con el papel que le ha tocado vivir.

Aparecen las relaciones familiares de aquella época, los comienzos colegiales, los apodos a los profesores, y las anécdotas que van diseñando la apertura que se produciría en la Transición.  Se describe el ambiente propio de alguien que observa importantes limitaciones, que se las toma con cierto tono irónico y que dejan preparado el terreno para superarlas en un futuro próximo.

Destacan entre sus líneas:

  • la descripción de la carnicería y del oficio de carnicero: la visita al Matadero, el sacrificio de un conejo, el corte de la carne con diferentes herramientas.
  • el entorno sombrío, cerrado, que se dibuja en torno a un barrio pequeño, con el agobio de sentir un territorio que no da de sí para la inquietud que el protagonista despliega.
  • los perfiles educativos en los colegios, con los castigos físicos y las formas de enseñar, en las que se aprecia el cambio evolutivo que marcaba el nuevo sistema.
  • los juegos infantiles y sus lugares, que son característicos de esa época y que van avanzando en la muestra de crecimiento del protagonista.
  • las relaciones con los primeros amigos y su entrañable compañerismo; amistad de infancia y adolescencia, vista desde un sentimiento de compartir la vida.
  • los avances sociales de la familia y su crecimiento gracias al esfuerzo, ejemplo de un momento histórico que permitía avanzar a pasos grandes
  • el despertar paulatino a la libertad de unas formas que ya no se van a repetir: la infancia en los 60, la adolescencia en los 70, épocas con costumbres y formas que quedarán como únicas y de las que es necesario dar fe.
  • los sentimientos de un adolescente que quiere mirar por encima del muro; aparece un muchacho con miras que superan a su ecosistema, y que, con timidez, va elevando en la búsqueda de un ideal palpable.

 

¿Cómo se estructura?

Se divide en tres capítulos, que corresponden cada una a un tercio aproximadamente de los años narrados.  Cada una, si bien no se produce un salto abrupto, viene marcada por el punto de cambio hacia más autonomía y libertad de un muchacho que crece. 

En la primera parte, la acción depende siempre de los padres o familiares mayores. 

En la segunda, queda enmarcada por el ambiente colegial de primaria, junto con los juegos en la calle. 

En la tercera, surge la autonomía y se atisba la evolución adolescente en mentalidad y relaciones; terminará con la primera novia.

Cada uno de los párrafos, sin puntos y aparte, comienza narrando un hecho concreto y después avanza o retrocede en el tiempo hasta reencontrar el hilo del comienzo.  No obstante, los hechos iniciadores surgen de forma cronológica. 

Entre párrafos, la propia voz, ahí en primera persona, comparte reflexiones que fluctúan entre los hechos narrados, la onírica del pensamiento, o las visiones filosóficas de la existencia, con incursiones en lo emocional y espiritual.

 

¿Cuál es su estilo?

Comienza con un guiño a Antonio Machado, específicamente a su poema “Retrato”.

Está narrada en segunda persona.  He querido utilizar este recurso con el fin de generar cierta distancia de la voz a los hechos, sin llegar a la lejanía de la tercera persona.  La posición ha sido como si el protagonista se hablara a sí mismo, como si se contara su propia historia figurándose otra persona.  Este recurso plasma la continua búsqueda del otro yo, el que esa voz fue en el pasado, para indagar así en el origen de quién es en el momento de escribir esos párrafos, con todos los dolores y alegrías que provoca mirar atrás. 

Presenta una prosa ágil y directa que provoca una lectura absorbente.  Los hechos están contados con la intención de despertar recuerdos y sensaciones con la mera narración, sin descripciones extensas, basándose en una exposición de hechos elegidos y relacionados en función de cómo observa el narrador.  Ese tipo de observación es fundamental para darle el tono a la novela, que transita por la ternura, la nostalgia, la denuncia, la ironía y la fidelidad a un origen familiar, emocional y geográfico.

Es preponderante la frase larga, a veces muy larga, e incluso con enumeraciones que transmiten una sensación de mantra para envolver aún más con la lectura.  No se trata de una forma secuencial de contar.  Se concatenan los hechos -también sensaciones, aunque no son dominantes-, que van y vienen en el tiempo dentro del mismo párrafo, creando derivaciones narrativas que se incluyen así adrede, imitando al fluir de la mente en procesos de pensamiento, fluir que es fácilmente observable en las diferentes técnicas de meditación pasiva.  Personalmente, denomino esta técnica como de ‘pensamientos encadenados’.  Este uso es mayor en la primera parte; se atempera en la segunda; y es menos vertiginoso en la tercera.

Otra característica de estilo es la puntuación, utilizando signos poco habituales actualmente.  Predomina el punto y coma, con el deseo de reivindicar su uso.  También son numerosos los paréntesis y guiones.  Apenas se producen diálogos y las literalidades se indican entre comillas.

Existen algunos toques estilísticos que dan novedad y frescura a la narración.  Hay toques irónicos referidos con socarronería aragonesa.  Aparecen aragonesismos cuyo significado se indica en notas a pie de página.  Igualmente, algunas expresiones coloquiales propias de la época o del lugar también son explicadas en otras notas.

Esta novela está creada desde la exposición personal a un espejo interno, sobre el cual se han ido proyectando recuerdos a modo de catarsis, con lo cual el protagonista encuentra un conocimiento, un reconocimiento, una aceptación y una remisión al futuro.  Se adivina una búsqueda de respuestas, cuyo hallazgo se convierte en una terapia literaria que se trasluce en cada párrafo, con su reflexión correspondiente y, más aún, al terminar la lectura.

 

 Los personajes

Dada la situación biográfica del protagonista, cobra especial relevancia el entorno típico de relación: familiar, colegial y amigos.

 

  • Edmunda, Isidra, José y Bernardo, los abuelos, de los que destaca la presencia matriarcal de ellas, y la ausencia de ellos, a modo de inspiradores nostálgicos.
  • Josefina y Gregorio, los padres, con la breve narración de su  historia personal, así como la de su noviazgo.  Van cediendo protagonismo conforme crece el protagonista.
  • Los profesores, con un tratamiento diferenciado en razón del propio avance cronológico de la época y de madurez del protagonista.
  • Los amigos, desde los primeros contactos de mero juego, hasta los compañeros de ligue, pasando por los compinches de aventuras excepcionales.
  • Las amigas, que dado el entorno de la época aparecen como relaciones iniciáticas de pareja antes que como amistad o compañía.

 

También los lugares tienen su parte protagonista: el propio barrio, sus edificios emblemáticos -el Matadero Municipal, el palacio de Larrinaga y la estación de Utrillas, con su plaza-, la carnicería y los edificios de los colegios.

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