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Molintonia

... sobre mis escritos de la profesión (gestión de personas)

En el año 2000, resulté galardonado con el primer premio de la Asociación de Dirección de Personas (AEDIPE).  Era la primera vez que se convocaba y me presenté con un artículo novelado de título muy largo: “Ramón Huertas, director de Recursos Humanos o Una filosofía para la gestión de las personas”. 

En razón de ese premio, fui invitado al Congreso de la Asociación, que se celebró en el Palacio de Congresos de Barcelona, y la entrega del galardón se trasladó al encantador lugar rehabilitado de la estación de Francia.  Otro miembro del jurado, José Manuel Casado, contó cuánto se había reído al leer mi relato, en pleno mes de agosto, en sus vacaciones playeras, junto con otras decenas de ellos que le resultaron algo más empalagosos.  Me ruboricé bastante, no tanto por ese piropo, sino porque a mi lado se encontraba un profesor del IESE, Santiago Álvarez de Mon, a quien le habían concedido el segundo premio.

Cuando salí a recibir el galardón, me invitaron sin previo aviso a pronunciar unas palabras, y recuerdo que dije algo parecido a esto: “Hace unos años, cuando Trueba ganó su Óscar, dijo que no creía en Dios, sino en Willy Wilder; tiempo después, Almodóvar lo dedicó a unas cuantas decenas de Vírgenes españolas; ahora, más modestamente, seguiré la estela religiosa en las alocuciones de la entrega de premios y diré que la profesión de Recursos Humanos, glosada en mi artículo, es cuestión de fe. Sí, de fe, de creer en lo que no se ve, puesto que la mayoría de los resultados que pueden generar nuestras acciones, por mucho que se midan, por mucho que se lleven a los números, solamente podremos saber que son efectivas a través de la fe.  Si no creemos en ellas, mejor que nos dediquemos a otra cosa”.

 En aquel Congreso, formaba parte del comité organizador, Raúl Píriz, que fue mi anfitrión y quien me dio el cheque del premio.  Parangonando al guionista de Casablanca en boca del jefe del policía en la última escena, digo: aquel día fue el comienzo de una larga amistad.

Raúl creó lo que hoy ya es el Grupo RHM de Comunicación Directiva, con su web, entonces pionera y hoy vanguardista, www.rrhhmagazine.com, de la que surgieron unas spin off como la revista en papel AprendeRH o el semanario virtual ForoRH, además de blogs y redes sociales para Europa y América Latina.  Raúl confió en mí.  Desde aquel 2000 hasta hoy, no he dejado de colaborar en sus medios, publicando artículos, ensayos, entrevistas, relatos que, amablemente, ha incluido en esas páginas de sus publicaciones.  Mis abrazos también a Marta del Río y a Paulina  Riquelme que, con dedicación y paciencia, siempre han estado dispuestas a ayudarme con enorme cariño.

Es así como comencé mi Literatura de la profesión, de la que aquí va mi primer libro de relatos en esta materia, y que se titula “¡Qué cosas tienes, Ceferino!”.

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