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12º Bocadito de cine - De tu ventana a la mía, poesía visual

12º Bocadito de cine - De tu ventana a la mía, poesía visual

En este día que brilla en el calendario como un lucero en la noche, hablaremos de la película “De tu ventana a la mía”, con guión y dirección de Paula Ortiz, una aragonesa de 35 años que se ha consolidado como estrella emergente en el panorama del cine internacional.

De tu ventana a la mía es su primer largometraje, después de tres cortos que recibieron premios importantes.  Con esa película fue candidata al Goya por la mejor directora novel, galardón que consiguió en la Seminci de Valladolid. En el festival de Shangai recibió una mención especial y el premio a la mejor banda sonora.

Inés, Violeta y Luisa son tres mujeres de tres épocas diferentes en tres entornos tan dispares como son los paisajes aragoneses de la capital, Zaragoza, los Pirineos y las Cinco Villas.  Con un tono extremadamente lírico y tan bien aplicado como un perfume para acudir a una sofisticada fiesta nocturna, recibimos paulatinamente noticias de estas tres historias que reflejan momentos de amor truncado.  Son mujeres encorsetadas por el destino que no han podido decidir su vida.  La cámara transita de ventana en ventana para ofrecernos con una cadencia sutil un puzle narrativo y visual, unos colores y una luz específica para cada una de las historias, posándose con suavidad en fogones, tocadores, sillas de coser, trigales, calles… frente al espejo en ropa interior, mientras hacen jabón, pelan patatas o hacen punto… mientras cruzan el puente a por agua o se columpian en un río.  Es un canto de belleza contra la desesperanza.

Inés, interpretada por Maribel Verdú, candidata al Goya por ello a la mejor actriz de reparto, se define por el campo de trigo dorado ondulado al viento, por el sol ardiente, las cáscaras de nueces, una boda sigilosa, unas caricias en los tobillos a través de la barrotes, una trenza morena…  Inés vive en 1941, en el corazón de la represión franquista. Es el paisaje de Sádaba, una de las Cinco Villas, en el noroeste de Aragón.

Violeta, interpretada por Leticia Lodera, vive su desamor adolescente cerca de la frontera con Francia, cuidada por sus tíos, soñando entre las flores de un invernadero donde aprende algo más que las formas de los pétalos.  Es bella, suave, delicada y se define por un columpio entre los pinos, por la mecedora con su crujido de madera vieja, por dibujos a plumilla, por estambres y raíces, por el lago de agua fría, por sus pies descalzos rozando la hierba mojada…  Estamos en 1923, en Canfranc.

 

Luisa, interpretada por Luisa Gabasa, es una mujer seca y gris, hipocondríaca y quejosa.  Se define por una foto desgastada de Alfredo Kraus, por su hermana pelando judías, por álbumes de fotos antiguas, por frascos de colonia, por una palangana, por la labor de ganchillo, por la máquina de coser.  Vive el otoño de su vida empapelada de flores marchitas en la Zaragoza de 1975, cuando está muriendo una dictadura y se huele la libertad.

A lo largo de 107 minutos, con una banda sonora sutil y completamente mimetizada en el tono de la película, se asoma la lírica para evocar las soledades, melancolías, caricias,  miedos, angustias, encierros y contradicciones que vivieron las tres mujeres dentro de casa, detrás de sus ventanas. Buscaremos la cercanía de la piel, el aliento y la mirada del actor, y el detalle de los objetos que significan y materializan su vida, su mundo y su conflicto.

Son tres historias sin conexión de hechos, unidas por el aura que cada protagonista genera, enlazadas técnicamente con recursos bien medidos en actos que se repiten en las escenas encadenadas, como un corte de pelo o un corte en la mano.  Cada plano ha sido estudiado al milímetro para que la composición y su luz supongan un deleite visual que nos transmite sensaciones como las luces en los atardeceres del trigo y las mañanas tras los visillos de ganchillo, el frescor de la hierba al alba, el frío del agua al lavar en invierno, la textura de las patatas aún con tierra, la aguja en el dedal al enhebrar...

Algunos críticos la han tachado de excesivamente poética, incluso empalagosa y pretenciosa, poco verosímil en algunos momentos argumentales y de inconexión entre las tres historias contadas.  No obstante, existe unanimidad en atisbar el talento emergente de su directora, guionista y productora.

Dice Beatriz Maldivia en su blog de cine: “Todavía subsiste la idea de que las películas protagonizadas por mujeres y dirigidas por ellas están hechas exclusivamente para mujeres. Tenga o no sentido este prejuicio, no lo aplicaría en absoluto en este caso, ya que lo que se cuenta en ‘De tu ventana a la mía’ son historias universales sobre amor, muerte e injusticia que pueden conmover a cualquiera. El film, hermoso en su estética, no olvida el contenido y desarrolla dramas profundos, bien estructurados, con puntos de giro y encaminados a un desenlace claro, pero no previsible”.

En Paula Ortiz se aprecia un gusto exquisito por la estética, un gran cuidado por su trasposición de las sensaciones a la pantalla y una gran cercanía a sus personajes con una gran dirección de actores que consigue mediante la poesía, la música, la pintura, aplicadas como método de coaching para que cada uno de ellos se mimetice con lo que debe sentir y vivir en su interpretación.

Actualmente, su segundo largometraje se encuentra en período de montaje.  Titulado “La novia”, el guión se inspira libremente en la tragedia “Bodas de sangre”, de Federico García Lorca.  Repite con Luisa Gavasa y Leticia Lodera, a quienes se unen Inma Cuesta, Asier Etxeandía y Álex García.

Pocas frases resumen tan bien la realidad del clásico de Federico García Lorca, como esta que le dice Leonardo a la novia…

 

Pájaros de la mañana

por los árboles se quiebran.

La noche se está muriendo

en el filo de la piedra.

Vamos al rincón oscuro,

donde yo siempre te quiera,

que no me importa la gente,

ni el veneno que nos echa.

 

Esperamos expectantes escuchar estos versos desde la butaca de un cine

Este espacio cuenta con el respaldo de la Escuela de Cine Un perro andaluz y la colaboración de la tertulia Habladores de cine.

Te deseo paz y alegría serena.

Hasta pronto.

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