UNA MARAVILLA (reseña de Sombrerería de Quita y Pon)
Kiny inició sus pinitos de interpretación en La Salle Montemolín, donde ya fue distinguido por esta faceta en los últimos cursos de la EGB. Al poco tiempo, formó pareja de payasos con Pepote y actuaron de seguido en el famoso OSCUS, para unirse después a Serrucho, con quien crearía Producciones Kinser. Hoy, ya retirado Serrucho, la compañía, con Jano y Silvia, hermanos entre sí e hijos de Kiny (José Joaquín García Gil), cultiva con éxito un género híbrido de espectáculo teatral, en el que conjuga técnicas de clown, mimo, magia, malabarismo y canciones con un humor para todas las edades. Kiny dirige el espectáculo comentado a continuación.
Ayer, jueves, los Kinser estrenaron obra en el zaragozano Teatro del Mercado, con texto del multifacético Raúl Herrero, que presenta una estupenda dramatización con remisión a grandes clásicos. Sin que suene a exageración, a veces parecía llenar el escenario el inefable Charlot o el gran Marcelino Orbés o la empática Lina Morgan o la graciosa Gracita Morales, con esa vis cómica que atraviesa la sala y hace el tiempo sin minutos.
Silvia y Jano interpretan a dos hermanos con nombres tan originales como Quita y Pon, hipocorísticos de Quiteria y Poncio, quienes regentan una sombrerería en la que sus productos toman vida en un alarde de personificación que les lleva a convertirse en personajes secundarios.
Piezas musicales conocidas y de nueva creación acompañan momentos de magia, de enredos, de discusiones, de reflexiones, pero sobre todo de ternura, en la que los Kinser son grandes especialistas.
Atinada escenografía, vestuario clásico con toques dickensianos, escenas sabrosas con paraguas bailarines, un teléfono con timbres de campana, unos dedos como títeres y un juego malabar con seis sombreros negros nos colocan en una historia encantada y encantadora.
Un acierto en todos los instrumentos aplicados, que funcionan mucho mejor que el reloj parado a las ocho y treinta y tres que informa a la sala de la detención del tiempo.
Varios minutos de aplausos.
Un gran espectáculo.
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