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Comportamientos de la fauna trepadora

Comportamientos de la fauna trepadora

Hay personajes muy peculiares en la fauna empresarial, sobre todo entre aquellas especies que pretenden evolucionar siguiendo la teoría Darwiniana, es decir, que se comportan con el ritual de de imitación basado en los simios, comportamientos que aún nos deben quedar a lo humanos de nuestra ancestral ascendencia.

Es sabido que en algunos manuales para evolucionar hacia los rangos directivos de la especie empresarial se anima a seguir el modelo dado por quienes ocupan esos puestos.  Y hasta hubo algún intento de gurú para presentarlo como una tendencia de ésas que tienen buen marketing en boca de aspirantes a revolucionarios: la dirección por modelos, si bien no referida a esos delgaditos seres que pueblan las pasarelas marcando un contoneo que al espectador inexperto le provoca dolor articular.

El uso del vocablo ‘modelo’ se equipara al término ‘ejemplo’ en el significado de referencia a seguir o imitar.  Un directivo ejemplar es el que se comporta siguiendo modelos de comportamiento imitables por su efectividad (siempre entendida según la cultura de la empresa).

Pero lo sorprendente, a veces divertido, a veces despreciable, es la imitación por la imitación, siguiendo el dicho: “Debes comportarte como si ya lo fueras (jefe o directivo)”.  Los ambiciosos superficiales, no necesariamente de  la especie de los pelotas, se fijan en una lista de aspectos que les parecen imprescindibles para que los de arriba posen en ellos su mirada, para que los de al lado los vean como rivales difíciles y para que los de abajo ya los traten como si fueran los directivos que pretenden ser.

El comportamiento más llamativo es el uso de la indumentaria. 

Los especimenes machos, por supuesto, acuden al trabajo con traje gris o azul, generalmente de confección barata, con hilachos que cuelgan de la manga o de la sisa.  Si por un casual, han comprado en rebajas un conjunto de marca, dejan en algún lugar de la tela un detalle que revele esa procedencia cara.  Gracioso es cuando dejan la etiqueta en la bocamanga y se rascan continuamente el rostro con esa mano para lucir la procedencia antes los ojos del interlocutor.  La camisa, mayormente comprada en un hipermercado, suele ser blanca o en tonos azules, mal planchada y con brillos…  Y si encima quieren ser originales con la corbata, no digamos más… 

Las especímenes hembras suelen mejorar muchísimo la presencia que dan los machos porque su experiencia en el vestir viene de antes (es cosa de mayoría simple, no de unanimidad, porque también hay cada una…).  Se calzan un traje chaqueta, ajustado, falda de tubo y zapatos de tacón, provocando posturitas que suponen una colocación digna en el puesto de trabajo y tratando ser más bien de comportamiento neutro o tirando a masculino, sobre todo si sus jefes son hombres (si son mujeres ya sería otro cantar, tal largo como el del Mío Cid, que aquí no cabe).

Ah, estos aspirantes a ejemplares no se quitan la chaqueta del traje ni para sentarse en el retrete, ya les impida las acciones a realizar o haga un calorazo tropical y supuren por las axilas todas las toxinas que acumulan internamente en su esfuerzo por la imitación directiva.  Siempre con la chaqueta puesta, incluso abotonada…

Querría destacar otro aspecto propio de estos elementos trepadores.  Se trata del comportamiento económico ampuloso.  Una gran parte de esta fauna pulula por los ambientes más pijos de la ciudad el fin de semana, para lo cual, los días laborables son capaces de comer perritos calientes a un euro en la cafetería de Ikea con el fin de ahorrar para ir el domingo a territorio pijo y comentarlo muy pijamente de lunes a viernes en el momento del café cuando se está acercando un colega adversario de puesto o un jefe dueño de vacante.  Tanto macho como hembra elevan el cuello a modo de jirafa vigilante y sin agacharse informan al aire (nunca al personal) de que el aperitivo del Ritz el domingo resultó espectacular porque las aceitunas tenían denominación de origen del Bajo Aragón.

Hay ejemplos de ejemplares de esta fauna hasta hartarse… por supuesto. Hablaremos más, seguro

(Publicado en ForoRH núm.140, 19/03/2010)

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