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Marketing para una ciega

Marketing para una ciega

Tantas veces hemos visto carteles de personas que solicitan nuestra limosna apelando a la movilización de nuestros sentimientos….  En ellos, se alude principalmente a la causa por la cual esa persona se encuentra en esa situación, o a lo que hará con el dinero recaudado.

En el caso que hoy contamos, una mujer ciega, vestida humildemente, arrodillada en medio de la acera, seguía con movimiento de cabeza el transitar de los viandantes, buscando de su compasión una moneda a depositar en una raída taza que levantaba con la mano derecha.  Junto a ella, un trozo de cartón tenía escrito a mano:

 POR FAVOR, AYÚDEME, SOY CIEGA

A primeras horas de la mañana, un hombre vestido de traje azul mostró interés en la mujer.  Se acercó y dejó una moneda en la taza, que cayó sobre apenas dos o tres más.  Miró a ella con dulzura, como si quisiera transmitirle algo en silencio a través de aquellos ojos sin luz.  Pasados unos segundos en esa conexión, el hombre tomó el pedazo de cartón, sacó su bolígrafo del bolsillo interior de la americana y, recalcando bien las letras, escribió otro mensaje.

Volvió a colocar el pedazo de cartón sobre los pies de la ciega y se fue.

Desde aquel momento, un continuo tintineo acompañó los ruegos de la mujer.

Por la tarde, el hombre del traje azul creativo volvió a pasar frente la ciega que pedía limosna; su taza estaba llena de billetes y monedas.

Con esa habilidad que provoca la falta de un sentido para desarrollar la percepción de los demás, aquella mujer reconoció los pasos del hombre.

-Señor, ¿qué puso usted en el cartón?

-Nada que no sea cierto, señora, pero con otras palabras.

Sonrió y siguió su camino.

El nuevo mensaje decía :

HOY ES PRIMAVERA Y NO PUEDO VERLA.

El, probablemente un publicista, colocó con esta frase a los viandantes en la propia situación de la mujer ciega, promovió la empatía ante una minusvalía importante.  El cartel le dice a quien lo lea que ella no puede ver lo que los demás sí pueden.  Y es tan hermoso lo que se pierde… que mueve a responder positivamente a su petición: dame una moneda.

Cambiemos de estrategia cuando algo no adelanta, cuando no conseguimos lo previsto, cuando el mundo parece confabular contra nosotros.  Si nos mantenemos en la misma línea, seguiremos cosechando los mismos resultados, que seguirán siendo fracasos.

Nadie puede ser esclavo de su identidad: cuando surge una necesidad de cambio, hay que cambiar… incluso sin necesidad tenemos que renovarnos, esponjarnos, aplicar nuevos métodos, desmontar antiguas costumbres, abandonar los lastres que nos sumergen en la rutina.

"Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes, deberá acomodarse a frecuentes cambios." Confucio.

“Quien nunca ha cometido un error nunca ha probado algo nuevo.” Albert Einstein.

“Todo fluye; lo único constante es el cambio”. Heráclito.

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