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Molintonia

El camino del desarrollo profesional

Para ayudar a las personas a crecer profesionalmente es necesario apoyarles y proponerles nuevos caminos posibilidades para que exploren sus capacidades, pero no sólo eso, sino también, sus emociones y sus sentimientos, sus odios y sus amores, y sobre todo sus miedos.

Sin embargo, cada cual debe aprende de sí mismo, aunque parezca mentira ya que experimentar en cabeza ajena no suele ser el camino hacia la sabiduría, al menos para la sabiduría necesaria en el campo empresarial.

Quien quiera crecer, debe sufrir, exponerse a dificultades, pedir ayuda (o sea, ser humilde), pasar noches en vela buscando una solución que luego le dará cientos de noches durmientes. Y todo elegido por la persona; aunque este camino debe ser propuesto y supervisado, además que por la gente de RRHH, que me parece bien, por otros jefes que hayan pasado por esos procesos, a modo de tutores que acompañen en la ruta escarpada del crecimiento.

Se necesita compañía para crecer, y no necesariamente física. Crecer es sufrir, pero convenga usted conmigo que se sufre mejor acompañado. Por tanto, estoy apelando a que quienes vayan desarrollándose siempre tengan una persona, un referente, que les contenga y que les ampare. Desarrollémonos a través de la experiencia, de la compañía especializada, con los conocimientos necesarios, con la responsabilidad sobrevenida en los límites de una arritmia, hagamos, hagamos, hagamos… y nutrámonos de otras manera de ver la vida; tengamos un largo recorrido por los caminos de la resistencia para hacernos más cada día más valiosos.

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