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2º Bocadito de cine: El cine con el cine / Cinema Paradiso

2º Bocadito de cine: El cine con el cine / Cinema Paradiso

En este día que brilla en el calendario, hablaremos del mayor homenaje que el cine le ha hecho al cine: Cinema Paradiso, una película del director italiano Giuseppe Tornatore, estrenada en 1988, y que obtuvo poco éxito en Italia, por lo que se redujo su metraje en 32 minutos y, en cambio, después ganó 22 grandes premios, entre ellos, el Óscar a la mejor película de habla no inglesa, y se ha convertido en un clásico imperdible.

Se trata de un drama sentimental ambientado en la Italia de la postguerra que discurre a la par que el protagonista, Totó, interpretado por Salvatore Cascio de niño, Marco Leonardi de adolescente y Jacques Perrin de adulto, va creciendo para pasar de ser un ayudante de cabina en un cine de pueblo a un afamado director de cine.  Con diferentes flasback, el guión nos lleva a conocer la relación especial que se crea entre el pequeño aprendiz y el entrañable operador, Alfredo, magistralmente interpretado por Philippe Noiret, que se convierte en el tutor del niño, a falta del padre, y le recomienda que huya del pueblo para no quedar reducido a la nada.  Totó, desengañado por un abandono amoroso, le hace caso, y así se convierte en lo que siempre ansió cuando visionaba las antiguas películas censuradas por el cura del pueblo, quien iba pidiendo que cortaran todas las escenas subidas de tono, sobre todo aquellas en las que los protagonistas se besaban.

El guión tiene variados resortes que enganchan al espectador por la parte más emocional, con una banda sonora deliciosa, de Ennio Morricone, y un entorno fantástico de aires mediterráneos.  En la versión inicial, la de 153 minutos, la secuencia eliminada de mayor duración narra un encuentro entre Elena, el amor adolescente fallido, y Totó, en el cual el ya director de cine se entera de que ella quiso volver a él, pero fue precisamente Alfredo quien detuvo esas comunicaciones para evitar que el muchacho cortara sus alas.  Quizá con esta escena, todavía cobra más fuerza el tono moralizante dado a la historia, al presentar a Totó como un hombre triunfador en su profesión, pero fracasado en el amor y en la vida.

La secuencia final, queda como una de las secuencias más recordadas de la historia del cine.

Cinema Paradiso es el nombre del local de cine que se construye en Giancaldo, un pueblo de Sicilia, y que se convierte en uno de los protagonistas principales de la película.  A lo largo de los cuarenta años contados, pasa por diferentes fases de crecimiento, esplendor y decadencia, hasta ser dinamitado. 

Tornatore trabaja de manera excepcional la relación entre Totó y Alfredo, en una relación de amistad paternal, de tutoría.  La narración en flashback proporciona un ritmo narrativo que nos transporta plácidamente hasta el clímax final con ese rostro de Totó marcado por el recuerdo, lleno de lágrimas por aquello que tuvo que dejar atrás para ser quien es.

 Aparecen multitud de elementos insertados en la historia, como el poder de la Iglesia, la censura, la educación, las relaciones familiares o la emigración en busca de un futuro mejor.  Puede afirmarse que es un film sobre los sentimientos que provoca un viaje de cuarenta años por la vida, un viaje que tanta gente de esa generación ha realizado, con más o menos éxito, pero siempre con el desgaste personal que supone abandonar tus raíces.  Con Totó nos damos cuenta de lo verdaderamente difícil que es romper con el pasado, que siempre nos acompañará y que, además, nos salvará del abandono emocional.

Y dentro de Cinema Paradiso, como si en su gestación alguien ya supiera que podría convertirse en el clásico que es, encontramos guiños a grandes películas, como “La diligencia” o “Ladrón de bicicletas” y aparecen actores como John Wayne, Charles Chaplin, Marilyn, Clark Gable…  Con ella, revisamos, recordamos, revivimos la pasión por el cine y lo volvemos a colocar en el lugar que realmente le corresponde como hacedor de fantasías que nos hacen la vida mejor.

Cinema Paradiso se basa en la nostalgia, en las añoranzas, en la vuelta al calor materno, no sólo de la madre, sino del entorno que nos cobijó en nuestro crecimiento para salir al mundo, y así reconocerle el valor que presenta en nuestro bagaje existencial.

Quiero terminar esta crónica recordando tres secuencias que todavía me estremecen:

-cuando anuncian a Salvatore que Alfredo ha muerto

-cuando visita el cine abandonado, ve la gárgola con su boca abierta, sube a la cabina y acaricia los celuloides que aún cuelgan por ahí.

-y el momento en que su madre, le dice tiernamente: “Cuando te telefoneo siempre responden mujeres distintas, pero hasta ahora no he oído una voz que te amara de verdad. Lo habría entendido, ¿sabes?”

Te deseo paz y alegría serena

Hasta pronto.

http://www.ivoox.com/bocadito-cine-n-2-cinema-paradiso-audios-mp3_rf_3309043_1.html  

(emitido por Radio 5, sintonía aragonesa, el 11 de julio de 2014)

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