En la trastienda de Nada es como tu nombre
Van aquí algunos comentarios sobre el cómo se hizo, además de ciertos aspectos internos de los relatos, que no son fácilmente apreciables.
- Todos los relatos abarcan un período largo, incluso varios de ellos, toda una vida.
- Hay un empoderamiento de la mujer, ya que siempre aparece como guía espiritual del hombre. Todos tienen voces de mujer directas o indirectas.
- Alquimia de amor y Amores largos tienen ubicaciones concretas, en Zaragoza ambos. La casa de la india se ambienta en el barrio de Montemolín, de Zaragoza, sin nombrarlo. Los otros cuatro no tienen entorno definido, aunque en el Zayn hay alguna referencia geográfica.
- El bloque de relatos es de seis, más uno de cierre. El último quedaría fuera del ciclo que se completa entre el primero y el sexto, con inicio y final de experiencias que parten de una experimentación sexual del amor y finalizan con una esperanza de reconsideración para vivir en el amor. Ese último relato sirve como colofón porque es muy intimista y revelador de la intención general del libro: presentar la relación pareja como escuela de vida y crecimiento personal.
- El título suena como un halago o un piropo, y puede ser usado de hombre a mujer y de mujer a hombree.
- Son ‘cuentos inauditos’ por su contenido fuera de lo común en relaciones de pareja. Y es lo mismo ‘de amor’ que ‘de enamorados’.
Ciertas claves ocultas:
- Zayn es el primer cuento de 7 y el Zayn es la séptima letra del alfabeto hebreo. El último cuento del ciclo se titula precisamente La vida en siete.
- ¿Cuántas veces se nombra Montemolín en el libro? Aparece como entorno en dos cuentos. Directamente citado en Amores largos. Indirectamente en La casa de la india, en la que el bar donde se produce la entrevista sería el bar Didí, esquina Francisco de Quevedo con Miguel Servet. También el barrio origen de las tres protagonistas de El Zayn sería Montemolín.
- Otro escenario repetido es el parque Grande José Antonio Labordeta, que aparece en Alquimia de Amor y Amores largos.
- Los nombres de los padres en Amores largos son los nombres de los míos, Gregorio y Josefina. En la fecha de nacimiento de Josefina, he puesto la que fue de su hermana, mi tía Pili
- La estructura temporal en tres etapas de Alquimia de Amor responde a una relación real que he tenido en mi vida.
- En Esther cuenta uso la voz novelada de mi mujer.
Y ahora, detalles cuento a cuento de la inspiración que me llevó a contar lo que cuento:
Sobre El Zayn...
Una mujer de 83 años escribe un email a su hermana. Esa es la voz, en primera persona para dar cercanía y emotividad a la revelación de secretos sobre Lola -sobrina e hija de emisora y destinataria, respectivamente, de ese correo electrónico- y que empieza a suceder en sus primeras líneas.
Trabajé con dos recursos que me parecieron apropiados: tía y sobrina son escritoras de renombre, lo que me permitió usar un lenguaje depurado que fuera más creíble en esas voces; y la forma epistolar también permitió incluir textos de otros correos a la tía de la sobrina/hija, personaje ausente de ese flujo epistolar, siendo la protagonista.
Finalmente, recurrir a ese mito literario que es Borges y su Aleph, me proporcionó un hilo argumental sólido en homenaje a su maestría.
Hay varias historias en una que abren puertas a imaginar cómo creció Lola, cuál fue la relación con su madre, ¿y con su padre? Además, ¿quién no ha tenido o conocido esa tía que une roles de consejera, amiga y segunda madre?
Sobre Alquimia de amor...
Sobre La casa de la india...
Nos lo trae la voz de un periodista que va a realizar un reportaje sobre un barrio, y se encuentra con un anciano triste que le cuenta su gran historia de amor en la casa de la india, donde las prácticas sexuales recibían un tratamiento especial.
¿Alguien ha conocido una academia especializada en erotismo y placer? ¿Puede el contacto sexual llevarte a otros planos, a otras dimensiones?
Sobre Amores largos...
En una conversación en la comida anual de Navidad con mi prima Susana, que vive hace infinidad de tiempo en Castellote, aunque proviene de Ricla y estudió en Zaragoza, empecé a pensar en una novela inspirada en el Maestrazgo turolense, del que ella y su marido, Javier Oquendo, son fervientes divulgadores. Además, la idea se mezcló con una subtrama que quería incluir en mi futura novela Los honduras de Montemolín, basada en hechos biográficos de mis padres. Así nació lo que se quedó en relato extenso: Amores largos, corazón del libro Nada es como tu nombre.
En él, un anciano de 80 años, ya con su adiós a esa vida, desvela a su hijo secretos de familia, recreando sus recuerdos al modo de un testamento sorprendente.
Sobre La otra y yo...
La idea del multiverso no es exclusivamente mágica. La mécánica cuántica ha sido capaz de demostrar determinadas circunstancias en las que puede ser posible. A partir de ahí, especulemos, creamos, creemos, fantaseemos. Así lo ha hecho la literatura con autores tan reconocidos como Borges, Bioy Casares, Lovecraft, Asimov... cada uno con diferente objetivo del recurso.
Una mujer nos cuenta a doble párrafo, a doble voz, dos historias propias que dice haber vivido, una escapando con su amado, otra permaneciendo junto a su padre. Dos formas de amor, ¿a la vez? ¿Cuál es la real? ¿Una, las dos o ninguna?
Sobre La vida en siete...
La vida en siete es el sexto relato de Nada es como tu nombre. El siete es un número mágico que se repite a lo largo del libro como mantra y sortilegio. En este caso, como cierre del ciclo de seis relatos (el séptimo tiene historia aparte, ya te contaré), un enamorado nos llena de sus sentimientos en tres etapas de su vida, separadas entre sí por múltiplos de siete años para que conozcamos su amor, su dolor y su reflexión.
Sobre Esther cuenta...
El séptimo relato, Esther cuenta, está fuera del ciclo que forman los otros seis porque la idea nació mucho antes, la planifiqué como novela, inspirada en Mortal y rosa, de Francisco Umbral, y en La hora violeta, de Sergio del Molino, pero finalmente, creo que por cuestiones emocionales, se quedó en el relato tal como aparece en el libro. Ya sabes que está basado en mi relación con Esther (1963-2015), mi pareja y esposa durante veintitrés años.
Toma la voz de una mujer que habla desde su desencarnación, haciendo un paseo por los recuerdos de su vida con Eduardo, su marido, pero deteniéndose especialmente en esos momentos duros de discusiones y quejas y desencantos, para expresar sobre ellos una visión diferente y creadora de superación y esperanza.
En todos los relatos, y lo confirmo en este segundo, he pretendido crear una suerte de diálogo entre narrador y lector, que va implícito en lo que se va contando, ya que el modo epistolar favorece una comunicación más fresca y directa, íntima, en el que quien lee se inmiscuye haciéndose partícipe de una información confidencial, que le genera interés por la historia y por los protagonistas.
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