Reseña de San Manuel Bueno Mártir, de Miguel de Unamuno

San Manuel Bueno, mártir y tres historias más
Miguel de Unamuno
Ediciones Orbis. 1982.
Colección 'Historia de la literatura española', vol. 6
Es 1898 un año de crisis en España, con la pérdida de la última colonia, Cuba, por la guerra con Estados Unidos. Hay un hervidero político. Y frente a estos hechos, surgen grupos intelectuales que desean liderar un gran cambio. En este ambiente, surge la Generacióndel 98, a cuyos referentes se les considera incluidos en el llamado Modernismo (Ayuso, 1982).
Es en este contexto social e intelectual donde se encuadra Unamuno. Nació en Bilbao en 1864, y vivió en Salamanca y Madrid. Sufrió importantes vaivenes en su vida, producto de fuerte carácter. Destaca, entre sus múltiples aportaciones, su deseo de innovación estilística de la novela, sujeta aún a cánones que parecían inamovibles. Para desmarcarse de ellos, inventó el término “nivola”, en contraposición al de novela. Sería entonces esta obra una “nivola”.
Se publicó en 1933, pero es sabido que quedó finalizada en noviembre de 1930
Según el profesor Castaños, está llena de contenido profundo, referencias e interpretaciones, a pesar de sus escasas cuarenta páginas, en los que se reflejan grandes temas existenciales de la obra global de Unamuno, como la fe en Cristo y la duda, la ilusión del mundo, la vida eterna…
Expone Morón Arroyo:
San Manuel Bueno, mártir es una exposición más de la constante actitud teológica de Unamuno, su "testamento definitivo"; pero no porque contradiga testamentos anteriores, sino porque es el último inventario de la hacienda espiritual que Unamuno fue legando a través de su vida.
Unamuno la escribe con más de setenta años.
Ángela Carballino, mujer de cincuenta años, escribe, a instancia del obispo, sus recuerdos sobre el párroco del pueblo, Valverde de Lucerna, Don Manuel Bueno, cuando ella todavía era una niña. Así, a través de la primera persona, como función observadora antes que protagonista principal, la voz nos cuenta con movimientos temporales entre el presente y el pasado, esos recuerdos sobre la relación que ella tuvo y observó del párroco con otros feligreses, en especial el hermano mayor de ella, Lázaro.
…quiero dejar aquí consignado… que fue mi verdadero padre espiritual, el padre de mi espíritu, del mío, el de Ángela Carballino”. (p.21)
Lo que parece va a ser la apología de un “santo”, y del que el “señor obispo… se propone escribir su vida, una especie de manual de perfecto párraco” (p.58), nos descubre paso a paso unos hechos que ponen a Don Manuel en un lugar difícil para ser considerado como ejemplo de fe cristiana, pero en una situación absolutamente loable como pastor del pueblo llano que la Iglesia le ha asignado.
La obra contiene referencias a obras clásicas, e incluso a notables filósofos como el existencialista Kierkegaard (Castaños, 2013). Cada uno de sus personajes enlaza con un significado profundo dentro de la intención del autor, ya sea por su referencia bíblica, Lázaro, o la supuesta transparencia del alma, Ángela. Y los lugares, el lago, la montaña, el pueblo, en una doble existencia real y sumergida…
San Manuel Bueno, mártir es considerada una de las obras más profundas y significativas de Miguel de Unamuno, quien, en su prólogo a su publicación, informa al lector que Gregorio Marañón asegura que ha de ser una de sus obras más leídas y gustadas. Así se confirma con el paso del tiempo y la dedicación que ha obtenido de la crítica y de los estudiosos.
Personalmente, querría destacar una de las referencias que aparecen en el texto y que se aprecian como condicionantes del mensaje, y es La vida es sueño, de Calderón de la Barca (p.50).
El recurso de usar la voz de alguien que recuerda algo que escribe, sucedido cuarenta años antes, y además influida por una extrema admiración, ¿no nos hace creer como lectores que la historia puede haber sido tergiversada por la memoria, el tiempo, las creencias, y el afecto? Y justo es la duda el principal tema de la obra.
0 comentarios