Blogia
Molintonia

Pasan cosas, ya sabes

Ahí está llorando, ¿lo ves?  Es un flojo, Ivana, no sé a quién de la familia se parece, débil, un niñito, indefenso, un mierda, vamos, que ya se lo decía papá cuando los compañeros se metían con él por esa mancha que le cubre media cara.  “Enfréntate o no serás nadie”.  Es guapo, si no fuera por la mancha es guapo, se parece a mí, quizá debido a eso entiendo lo de este verano, la primera chica que se fijaba en él.  Todos estaban tan contentos, le notaban menos tristeza, más sonrisas, seguro que por acostarse contigo, por sentirse hombre sobre una mujer, sobre todo con una mujer tan así, de tía buena, llamativa.  Ganó puntos frente a los críos del barrio, ya me necesitaba menos para defenderlo porque ser tú su chica le había dado un prestigio, no sale cualquiera con una modelo de lencería, cuerpo escultural y culo de Jennifer López, de las tetas ya no digo.  No lo sabrás, no te lo habrá contado, pero nos hablaba de ti en casa con un tono exaltado que ni siquiera disfrutando del triunfo en Liga le habíamos escuchado.  Y al tercer día me empezó todo.  Al tercer día de atreverse a hablar sobre la gran Ivana, para escándalo de mi madre y atención de mi padre, te alabó las habilidades en la cama, tu quehacer sensual, y te comparó a su admirada Angelina, y se comparó con Brad Pitt.  No se lo podía permitir, preciosa.  Es mi hermano preferido, un cielo de chico, tan amable y tan cariñoso, pero eso no.  Ivana, prometí que nunca le rompería el corazón, pero ya sabes, pasan cosas como la de ese día, me sentí tan humillado oyéndole hablar por primera vez en casa de un éxito como los míos, de su capacidad amatoria con la mejor hembra que había pisado el barrio, mejor que cualquiera de las que yo había tenido…  No dejé que manchara mi fama, que quisiera ponerse a mi altura y por eso estás ahora conmigo, a mis pies, prendada de mí, como corresponde, y serás mía, nunca volverás con él.  Está llorando, así aprenderá quién es el jefe, siempre.

0 comentarios